Parque de los Talladores de Piedra, el escenario que expone las obras de los marmoleros del Cementerio Central
En la calle 24 con carrera 19B, localidad de Los Mártires, hay esculturas que les hacen sentir a algunos habitantes del sector como si estuvieran en el Parque Arqueológico de San Agustín, en el sur del Huila. La misma sensación tienen los visitantes del Cementerio Central de Bogotá, que recorren sus inmediaciones en búsqueda de flores y lápidas en mármol para honrar a sus allegados dándole vida a sus tumbas.
Las 45 piezas, que no solo son basadas en San Agustín, sino de Tierradentro —aunque algunas de ellas también son modernistas— son obras de los talladores en piedra que durante décadas han trabajado en la calle 24 y en la carrera 19 para ganarse la vida con su arte: diseñar lápidas, esculturas y mausoleos.
El lugar donde están las esculturas es llamado Parque de los Talladores en Piedra y fue inaugurado en 2011. Surgió como escenario de exposición de las piezas producidas en el Festival de la Piedra y la Flor, en el que participan tanto marmoleros y floristeros de la zona como artistas extranjeros. El espacio, detrás del CAI Samper Mendoza, fue propiciado por el Distrito gracias al impulso y la propuesta del gestor cultural Teófilo Hernández.
Teo, así lo conocen en la comunidad, fue representante de la Asociación de Marmoleros del Cementerio Central, y desde su rol ha buscado el reconocimiento del oficio de la talla; muestra de ello no solo es el mencionado festival, así como el parque donde permanecen expuestas las obras, sino la Escuela de Talla y Piedra de Los Mártires.
Aunque nació en Ibagué (Tolima), donde aprendió el arte de tallar desde los 7 años, la mayor parte de su vida ha residido en Bogotá, donde goza de buen nombre, tanto como para compartir espacio con el maestro Fernando Botero en el Parque El Renacimiento. Allí, donde antes estuvo el Globo C del Cementerio Central, destaca su escultura Me quedas tú.
Su fama en el mundo de la escultura también es a nivel nacional. Fue, por ejemplo, el encargado de restaurar el monumento de María, un homenaje a la obra de Jorge Isaacs, en la hacienda El Paraíso (Valle del Cauca). Así mismo, elaboró el busto en honor a Omaira Sánchez, símbolo de la tragedia de Armero (Tolima), provocada por la erupción del volcán nevado del Ruiz el 13 de noviembre de 1985.
El talento de Teófilo Hernández, al igual que el de sus colegas, también ha quedado plasmado en lápidas de ciudadanos de a pie, cuyas tumbas se han ubicado en el Globo B del camposanto conocido como el Cementerio de los pobres; puede, también, que en algunos mausoleos del Globo A, donde yacen los restos de personalidades de la historia colombiana, como Luis Carlos Galán.
Valga recordar que los mausoleos —sepulcros de grandes dimensiones— del Cementerio Central suelen tener forma de templos católicos, dada la costumbre de sepultar los muertos en las iglesias, que en Bogotá se mantuvo hasta mediados del siglo XIX.
El Parque de los Talladores de Piedra, las marmolerías y floristerías de la carrera 19 siguen dando cuenta de la importancia de modestos artistas, como Teófilo Hernández y su hijo, quien lleva su mismo nombre, en la historia del Cementerio Central y, ¿por qué no?, de Bogotá. Pero no solo de la capital, sino del Barrio Santa Fe, que se verá rejuvenecido gracias al Plan Parcial Calle 24, que allí adelantará la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano.
El objetivo del Plan Parcial Calle 24 es rehabitar el Centro de la ciudad armonizando el desarrollo y conservación del Patrimonio, entre los lugares a intervenir, incluye no solo el Parque de los Talladores de Piedra, sino el Parque Bostón, así como espacios públicos propuestos por el Plan Parcial y Plan Especial de Manejo y Protección del Complejo Monumental de Cementerios.
La zona de intervención limita al Norte con el Cementerio Central, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, el Parque del Renacimiento y la calle 24B; al sur con la Calle 23A; al oriente con las carreras 17 y 18 y al occidente con la carrera 25.
Para Teófilo Hernández, la noticia es bienvenida: “Los talladores somos patrimonio inmaterial del sector y es importante mantener este oficio tradicional como símbolo de historia en el territorio”.